Sábado 2 de septiembre, la previsión de la meteo daba un bello día soleado (salvo nubes en el pirineo navarro) con ambiente fresco y vientos del norte moderados en altura, nuestra sorpresa fue al llegar al aparcamiento de las pistas de esquí de Candanchu, ya que toda la zona de la zona de la zapatilla estaba cubierta por una densa niebla y hacía una temperatura de 4 grados, confiamos en que la previsión de la meteo acertase y a lo largo de la mañana apareciese el sol, y el ambiente se caldease, pero de eso nada cuanto más avanzaba la mañana, más frío hacía.
A pesar de todo, a las ocho de la mañana, nos pusimos en camino mi sobrino Diego Diarte y su compañera Eva, siguiendo el camino que lleva a la pista de esquí de fondo, para luego continuar ascendiendo por el corredor de la zapatilla, en unos cuarenta minutos estamos a pie de la vía, donde comienza la sirga como línea de vida.
A pesar de todo, a las ocho de la mañana, nos pusimos en camino mi sobrino Diego Diarte y su compañera Eva, siguiendo el camino que lleva a la pista de esquí de fondo, para luego continuar ascendiendo por el corredor de la zapatilla, en unos cuarenta minutos estamos a pie de la vía, donde comienza la sirga como línea de vida.
Comenzamos subiendo por una canal inclinada hasta llegar a una repisa sobre un desplome, seguimos en travesía hacia la derecha hasta salir a una vira herbosa, para luego continuar trepando por una placa surcada de canalizos, hasta salir a un gran rellano.
Rodeamos por la derecha una gran placa surcada de canalizos hasta llegar a la base de una chimenea en el extremo derecho del "tacón".
Subimos un pequeño muro y superando un paso en oposición, en el cual han colocado dos grapas, hasta salir del pasillo de la cueva a la suela, junto a un pino.
Rodeamos por la derecha una gran placa surcada de canalizos hasta llegar a la base de una chimenea en el extremo derecho del "tacón".
Subimos un pequeño muro y superando un paso en oposición, en el cual han colocado dos grapas, hasta salir del pasillo de la cueva a la suela, junto a un pino.
Seguimos por una fisura tumbada hasta llegar a una vira pedregosa, que atravesamos hacia la izquierda, para salir trepando por fisuras y placas tumbadas a la punta norte de La Zapatilla, con toda la roca mojada, que resbalaba bastante, debido a la niebla.
Llegamos arriba y seguimos la cresta durante unos 30 metros, donde comenzamos rapídamente el descenso, ya que no se veía nada y hacía mucho frío.
Una experiencia muy chula aunque el tiempo no acompañó. Desde luego repetiremos ya que acabamos en encantados, sobre todo porque llevamos al mejor guía.
ResponderEliminarMuchas gracias,cuando podaís repetimos la experiencia, con otra actividad.
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