Tras pasar
la noche en Canfranc, mi hijo Alberto y yo nos levantamos con la intención de
subir al pico Aspe, pero debido al mal tiempo preferimos aplazar la subida para
otro día en el que el que hubiera mejor clima, por lo que decidimos ir a
escalar a Riglos.
Al llegar a Riglos vimos que ya era demasiado tarde para realizar cualquier vía ya que la intención era volver a comer a casa, por lo que decidimos ir a la ferrata que sube al ''mirador de Cubilillo'' o ''mirador de los buitres''.
En el mismo
pueblo cogemos la pista que va en dirección a los mallos pequeños y al
macizo de Os Fils, llegamos a un desvio indicado con un cartel de
mirador de Cubilillo, clavijas, seguimos por un sendero que nos conduce hasta el
inicio de la ferrata.
La ferrata está compuesta por clavijas y grapas, aunque también permite la posibilidad de subir escalando ya que contiene bastantes apoyos y presas en la roca, por lo que nosotros decidimos subir escalando durante la primera parte de las ascensión.
En la
segunda parte debido al viento y a la mayor dificultad de la pared subimos por
las grapas y clavijas que ofrece la ferrata.
La ferrata finaliza en el mirador que le da nombre, donde disfrutamos de unas excelentes
vistas sobre los mallos de Riglos, Agüero y Peña Rueba.
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